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Capítulo 2 - El Dios Viviente

La doctrina cristiana comienza donde empieza la Bi­blia: "En el principio creó Dios..." (Génesis 1:1). Lo que una persona cree en cuanto a Dios determina el curso de toda su religión. Por eso, el primer Artículo de Fe dice:

I. EL DIOS TRINO

Creemos en un solo Dios eternalmente existente e infinito, el Soberano del Universo. Que El sólo es Dios, creador y ad­ministrador, santo en naturaleza, atributos y propósitos. Que El, como Dios, es trino en su ser esencial, revelado como Pa­dre, Hijo y Espíritu Santo.

¿Por qué creemos en la existencia de Dios Esta pre­gunta puede ser respondida en varias maneras.

1.              Una de ellas sería indicando que el universo en que vivimos no da evidencias de haber existido eternamente ni de ser su propia causa. Cada evento requiere una causa adecuada que lo explique. Todo lo que llamamos "natura­leza" parece estar ligado en una interconexión de causa y efecto. Tan sólo es razonable creer que antes y detrás en el tiempo y el espacio hay una suprema Causa Primera.

El doctor Edwin Conklin, notable profesor de biología, declaró que suponer que un universo como éste pudiera acaecer "por casualidad" es tan desatinado como imagi­nar que un diccionario completo podría ser el resultado de la explosión en una imprenta. En vez de ser objetivo y cien­tífico, el ateísmo dogmático (negación de la existencia de Dios) es un ejemplo de credulidad patética, "fe" en que la ley o la casualidad puedan dar origen a un universo ordenado y coherente.

2.              Otra manera de contestar a la pregunta por qué creemos en la existencia de Dios es considerar la mayoría de los ejemplos de adaptación o designio que encontramos en el mundo en el cual vivimos. Sus partes se ajustan o se complementan entre sí en una manera difícil de explicar si la "ley" ciega o la fuerza impersonal es la fuente de su estructura o patrón.

Cuando los medios están adaptados a fines-cuando la "llave" corresponde a la "cerradura"-la más simple ex­plicación es que detrás de este acomodo hay un designio inteligente.

3.              La creencia en Dios llega a ser aún más razonable cuando uno se torna del reino de la naturaleza sub-huma­na al carácter moral y racional de la humanidad. En cual­quier escala de valores el orden más elevado de seres vivientes es el que llamamos humano. El hombre está dotado de capacidades que van mucho más allá de las que poseen las formas más inferiores de vida. No sólo es cons­ciente-conocedor de sus circunstancias-sino que es auto-consciente, es decir, es consciente de su conciencia. Tiene capacidad para considerar o valorar alternativas, y de elegir entre ellas. Aprecia sus propias experiencias no sólo en términos de agradable o desagradable, sino de bien y mal, justo o injusto. Tiene el poder del pensamiento abstracto, de la imaginación creadora, de inventiva e in­genio.

Negar la realidad de Dios implicaría significar que los átomos y las moléculas-en ninguno de los cuales existen las características de lo que llamamos "vida"-han llegado en alguna manera que nos sería imposible de explicar, no sólo a ser la fuente de organismos vivos sino aún de las mentes humanas. Y estas últimas están tan por encima de los organismos como están los cielos de la tierra. Lo más bajo habría producido lo más elevado. En alguna manera, la materia "habría creado" la mente. El caos, habría pro­ducido el orden. Teorías como las expuestas demandan efectivamente una cantidad inmensamente mayor de "fe" que la necesaria para creer en Dios.

4.              Creer en Dios es también la mejor explicación para lo que realmente experimentan multitudes de la mejor gente del mundo. Hombres y mujeres, cuya palabra sería válida en cualquier tribunal de la tierra y cuya honestidad es aceptada por vecinos y amigos, estas personas, humildes, pero firmemente son testigos de haber tenido un encuentro con Dios que ha cambiado el curso total de sus vidas y que ha sido para ellos la experiencia más memorable. Más aún, es un continuo dominio de nuevas realidades mien­tras "andan con Dios."

Por supuesto que no toda la gente tiene experiencias así. Pero, el testimonio "negativo" de quienes no conocen personalmente la realidad de Dios no puede cancelar el positivo de aquellos que sí lo conocen, como tampoco po­dría el testimonio de un ciego que no ve los árboles de un huerto, probar que quienes los ven están equivocados.

"Experimentar" a Dios tiene algunos requisitos mora­les: el abandono de todo lo malo; la humildad, la oración, la orientación hacia la verdad del evangelio y la fe que acepta la oferta del perdón y vida nueva. No todos están dispuestos a responder afirmativamente al evangelio cuan­do lo oyen. "Pero sin fe es imposible agradar a Dios porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan" (He­breos 11:6).

Pero ha habido muchedumbres, en toda época, clima y en todos los niveles de vida posible, que han testificado, y lo siguen haciendo, que Dios es tan real para ellos como su propia existencia. Es posible que no puedan describir con exactitud sus experiencias en cada detalle como podrían hacerlo otros; y que no tengan "todas las respuestas" a los interrogantes acerca del significado de su fe. Quizás algunas veces tengan que contestar como lo hiciera aquel hombre en el templo: "Si es pecador, no lo sé" (Juan 9:25). En otras palabras, "No entiendo todos los misterios de su naturaleza". Pero, todos responden como el hombre que había nacido ciego: "Pero una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo".

No hay que suponer que la existencia de Dios pueda probarse a alguien que esté resuelto a no creer. Los asuntos de fe no pueden ser demostrados como los teoremas de matemáticas. Pero, aun cuando la fe va más allá del cam­po de la razón, no es irrazonable; y, en este punto tanto como en otros, deberíamos estar listos para "dar razón de nuestra esperanza".

EL PROBLEMA DEL MAL

Firmemente asentados contra la fe en Dios encontra­mos la dura realidad del mal y el sufrimiento en el mundo. No hay nada que sea empleado más frecuentemente como argumento contra la fe en la existencia de Dios.

El "problema del mal" no se resuelve negando su rea­lidad. Tampoco tiene respuestas fáciles y exactas. Aunque nuestro discernimiento jamás pueda contender plena­mente con la existencia del mal y el sufrimiento en un mundo creado por un Dios bueno y santo, su fuerza, como argumento en contra de la fe en Dios puede disminuirse al reconocer que el problema del mal abarca dos áreas com­pletamente distintas. Una, sería la de los males que hace la gente y la otra, la de los males que sufre-en otras pa­labras, "males morales" y "males naturales".

El mal moral incluiría los pecados, crímenes y vicios que la gente adopta por su propia elección. El mal natural abarca enfermedades, desastres y el quebrantamiento de la vida humana por las fuerzas de la naturaleza tales como terremotos, tornados, sequías, inundaciones y accidentes.

Es verdad que los males morales y los naturales están íntimamente ligados. El mal moral hecho por un hombre puede resultar en el mal natural de otro hombre-como, por ejemplo, cuando un conductor ebrio se lanza sobre el automóvil de una familia cristiana y mutila o mata a sus componentes.

Además, tenemos la enseñanza de la Biblia que el reino de la naturaleza es "maldito" por causa del pecado. Lea los capítulos 2 y 3 de Génesis y note el contraste entre el estado ideal del huerto de Edén y la existencia de Adán y su familia después de la entrada del pecado en el esce­nario humano. El medio ambiente acomodado a las nece­sidades de una raza que viviera en armonía con la voluntad de Dios sería muy distinto del que es necesario para una raza en rebeldía contra el Altísimo.

Los filósofos han luchado durante largo tiempo y con poco éxito con la totalidad del problema del mal. Pero la fe cristiana hace una suprema contribución al asunto. Esta adición consiste en el reconocimiento de que Dios no es un espectador impasible y carente de responsabilidad ante los sufrimientos humanos y el pecado. Con un amor que está más allá del poder de la comprensión humana, El envió a su Hijo único para sufrir y morir por la redención del hombre de todos los males de los que éste es responsa­ble y por fin, redimir y restituir la totalidad de la natura­leza (Hechos 3:21; Romanos 8:19-23; II Pedro 3:10-13; Apocalipsis 21:1-22:5). La historia que comienza en un huerto "en el principio," terminará en un paraíso de gloria venidera (Apocalipsis 22:1-5).

Se pueden dar razones para la creencia de que Dios existe. Para saber de qué clase es ese Dios, debemos vol­vernos al Libro que nos llega como su Palabra. Con toda corrección se ha dicho que la Biblia jamás trata de "pro­bar" la existencia de Dios, como tampoco un autor procu­raría comprobar la suya en un volumen que él hubiera es­crito. Cuando la Biblia nos habla acerca de Dios y la na­turaleza es siempre para decir que "los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos" (Salmos 19:1). La sabiduría y el poder de Dios están demostrados en su obra creadora.

Saber que Dios existe es de tremenda importancia. Pero más aún es saber quién es Dios. Para esto tenemos que saber lo que El nos ha dicho acerca de Sí en la Biblia. En el capítulo IV de esta obra, consideraremos qué clase de libro es la Biblia. Mas antes que hagamos tal cosa es imprescindible saber qué es lo que dice sobre su Autor divino.

El artículo 1, a continuación, resume las enseñanzas de la Biblia sobre Dios en una serie de siete declaraciones comprensivas:

1. Dios es uno

2. Dios es eterno

3. Dios es infinito

4. Dios es soberano

5. Dios ha creado el universo y lo controla

6. Dios es santo en naturaleza, atributos y propósito

7. Dios es trino en su ser esencial

1.        Dios es Uno

Que Dios es "uno" es la proclama de lo que se reconoce como "monoteísmo". Es la creencia en que sólo existe un único Ser divino. Esta se opone al "politeísmo," que cree en muchos dioses. Con excepción del mahometismo, que salió del judaísmo-aunque sumamente apartado de su fuente de origen-prácticamente, todas las religiones de la tierra, a no ser la judío-cristiana, son politeístas en algún grado.

FUENTES BIBLICAS

Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas (Deuteronomio 6:4-5).

Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo (I Ti­moteo 2:5-6).

Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien has enviado (Juan 17:3).

Véase también Isaías 43:10-11; 44:6-8; Marcos 12:29; 1 Corin­tios 8:4-6; Gálatas 3:20; Efesios 4:4-6; 1 Timoteo 1:17; Santiago 2:19.

Hay pasajes en los que se llama "dioses" en un sentido de aplicación, a hombres de rango elevado o de poder (Éxodo 22:28; Salmos 82:1-2; Juan 10:34-36; I Corintios 8:4-6). Pero esto no está en oposición al sólido monoteísmo de la Biblia. La enseñanza del Nuevo Testamento que Je­sús y el Espíritu Santo son de la naturaleza de la Deidad es la fuente de esa verdad que proclama sólo el cristianis­mo:-que Dios es uno en su ser esencial, pero trino en persona y manifestación.

PARA SU CONSIDERACION

1.              ¿Cuál de las referen­cias escriturales presenta­das en esta sección le pa­rece que aclaran mejor la realidad de que hay un solo Dios

2.              ¿Cuáles son las con­secuencias prácticas del monoteísmo, en oposición, por ejemplo, a las del po­liteísmo

3.              ¿Conoce usted algu­na religión que tenga mu­chos dioses ¿Cómo se comparan sus ideales mo­rales con los de la Biblia

4.              Si los "dioses" de un hombre son aquellas cosas que él valoriza más en la vida, ¿qué diría usted de la "idolatría práctica" de la sociedad moderna

2.        Dios es Eterno

Uno de los axiomas fundamentales de la mente huma­na es la convicción de que si algo existe ahora, siempre existió. Para nosotros, es inconcebible que algo surja de la nada.

El ateísmo y varias formas de naturalismo filosófico sostienen que la materia, el espacio, la fuerza, el tiempo, el movimiento, la ley y aun la casualidad-una o varias combinaciones de éstas-son las realidades que siempre han existido.

Ya hemos señalado la cantidad de "fe" necesaria para aceptar la noción de que lo más elevado pueda surgir de lo más bajo, lo personal de lo impersonal. Pero existe tam­bién la dificultad de relacionar el tiempo con la eternidad. Porque si no hay un comienzo para el universo que ahora conocemos, no podemos explicar por qué la totalidad del curso de los sucesos no podrían haberse agotado hace ya mucho tiempo.

Toda mente racional tiene que reconocer que algo existe eternamente. La única controversia que puede levantarse tiene que ver con la racionalidad del principio o poder que se cree eterno. Cuando lo expresamos en estos términos, la creencia bíblica en Dios como la Inteligencia y Voluntad eterna, personal, suprema, se nos presenta como la única fe adecuada y lógicamente satisfactoria.

Lo que la razón busca, la Escritura lo proporciona. La Biblia no sólo dice que hay un solo Dios sino también que El no tiene principio ni fin.

FUENTES BIBLICAS

Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios (Salmos 90:2).

Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén (I Timoteo 1:17).

Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso (Apocalipsis 1:8).

Véase también Génesis 21:33; Deuteronomio 33:27; Isaías 44:6; 48:12-13; 57:15; Romanos 1:20; Hebreos 1:10-12; Apocalipsis 1:11, 17-18.

PARA SU CONSIDERACION

1.              ¿Puede concebir la posibilidad de que algo surja de la nada ¿Qué significa tal cosa en tér­minos de la creencia en un Dios eterno

2.              ¿Cómo compararía usted, materia, fuerza, tiempo, espacio, movi­miento, casualidad o ley con el Dios de la Biblia, como explicación adecua­da del universo en que nos encontramos

3.        Dios es Infinito

Así como "eternidad" es una de esas ideas que encon­tramos al mismo tiempo necesarias y sumamente difíciles para el pensamiento, lo es también la idea de lo infinito. Literalmente significa "sin límites o linderos". En este sentido es una idea negativa ya que toda nuestra expe­riencia diaria tiene que ver con realidades que están ata­das y limitadas o en otras palabras, que son finitas.

Que Dios es infinito es una verdad generalmente rela­cionada con su poder, sabiduría y amor.

a)             El Poder de Dios no Tiene Límites.

FUENTES BIBLICAS

"¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, no hay nada que sea difícil para ti" (Jeremías 31:17).

"Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres, esto es impo­sible; mas para Dios todo es posible" (Mateo 19:26).

Véase también Génesis 17:1; Salmos 62:11; 115:3; Efesios 3:20-21; Apocalipsis 1:8; 4:11.

El hecho de que haya "imposibilidades morales" y "racionales" no limita la omnipotencia de Dios. "Es im­posible que Dios mienta" (Hebreos 6:18) y, razonablemen­te podemos agregar, que haga cualquier cosa contraria a su naturaleza. El no podría trazar un círculo cuadrado o de­cretar que dos más dos fueran otra cosa que cuatro cuando estas expresiones son entendidas en su significación nor­mal. Pero, sólo una mentalidad perversa podría discurrir que ésas son limitaciones al poder de Dios.

PARA SU CONSIDERACION

1.              ¿Aceptaría como de­finición de omnipotencia que es "el poder para ha­cer cualquier cosa posi­ble"

2.              ¿Hay alguna impor­tante conclusión práctica que pudiera sacarse de la enseñanza de las Escritu­ras acerca del poder infi­nito de Dios ¿Está usted de acuerdo con el precepto "los recursos de Dios son equivalentes a sus propó­sitos"

b)             La Sabiduría Divina no Tiene Límites

FUENTES BIBLICAS

Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; y su entendi­miento es infinito (Salmos 147:5).

¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos! (Romanos 11:33).

Véase también Salmos 104:24; 139:26; Proverbios 3:19; Isaías 40:28; Hechos 15:18; Romanos 8:29; Efesios 1:4-5; 1 Timoteo 1:17; I Pedro 1:2.

En estas Escrituras encontramos varias declaraciones concernientes a la inteligencia, el conocimiento, la sabi­duría y la presciencia de Dios.

Nos es particularmente difícil comprender la idea del conocimiento del futuro. Algunos han llegado a la conclu­sión de que tanto como "omnipotencia" significa poder para hacer cualquier cosa posible, "presciencia" quiere decir capacidad para conocer todo lo susceptible de ser conocido. El que haya algunos actos imposibles por defi­nición no limita la omnipotencia de Dios. En la misma manera, hay algunos eventos dentro de la prerrogativa de la libre agencia humana que son, por esta razón, no cono­cibles por adelantado; pero tal cosa no limita la presciencia general de Dios ni niega su omnisciencia.

Otros han llegado a la conclusión de que Dios está más allá y sobre el curso del tiempo y por lo tanto, el futu­ro, tanto como el presente y el pasado son partes de su eterno "ahora". Lo importante es conservar claro nuestro sentido de relación personal con Dios, quien permanece con nosotros en las pruebas y aflicciones de la vida.

PARA SU CONSIDERACION

1.              Elija el versículo o versículos que en su opi­nión describen mejor la omnisciencia de Dios.

2.              ¿Qué aplicaciones prácticas puede notar con respecto a esta línea parti­cular de enseñanza de ver­dad bíblica

3.              ¿Le ayuda a usted o le obstaculiza a compren­der las operaciones de Dios en su vida, la creencia de que el futuro es un libro abierto para El

c)              El Amor y la Bondad de Dios no Tienen Límites.

FUENTES BIBLICAS

Jehová se manifestó a mí, hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi miseri­cordia (Jeremías 31:3).

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3:16).

En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: No en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados (I Juan 4:9-10).

Véase también Éxodo 33:19; 34:6; Salmos 27:13; 31:15; 52:1; Zacarías 9:16; Romanos 2:4; 5:8; 8:35, 39; II Corintios 13:14; Efe­sios 3:19; Tito 3:4.

Hay demasiados versículos sobre este tema para dar aquí una lista completa. No hay duda de que usted está pensando en algunos que le gustaría agregar. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento nos dicen que Dios nos ama. La nota que el Nuevo Testamento añade es cuán­to nos ama.

PARA SU CONSIDERACION

1.              De memoria o con la ayuda de una concordan­cia, vea cuántas citas bí­blicas puede agregar a la lista de textos que descri­ben la bondad y el amor de Dios.

2.              Haga un resumen de lo que a usted le parezca la enseñanza de las Escri­turas acerca de Dios, como ser infinito.

4.        Dios es Soberano

Esta declaración significa que la voluntad de Dios es decisiva. Sus propósitos jamás pueden ser derrotados. En su poder u omnipotencia infinito está implicado que no hay potencia terrenal o humana que pueda triunfar en contra de El.

FUENTES BIBLICAS

Cantad a Dios, cantad; porque Dios es el rey de toda la tierra; cantad con inteligencia (Salmos 47:6-7).

Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. (I Timoteo 1:17).

Véase también Salmos 10:16; 29:10; Isaías 6:5; 43:15; Daniel 4:31; Zacarías 14:16-1 7; I Timoteo 6:15; Apocalipsis 15:3; 17:14; 19:16.

Es sumamente importante ver con claridad qué sig­nifica la soberanía de Dios siendo que está tan vinculada en las doctrinas teológicas de la elección y la predestina­ción.

Las figuras bíblicas del lenguaje que describen la soberanía de Dios están sacadas de los imperios orientales cuyos reyes eran monarcas absolutos. Ninguna voluntad en el reino podía levantarse en contra de la determinación del rey. Sin embargo, el potentado humano trataba con súbditos que a menudo eran rebeldes y se resistían a su designio.

La soberanía no era considerada, en ningún sentido, lo mismo que el manejo de títeres mediante una cuerda, o de robots sujetos al control absoluto de su inventor.

Volveremos a este asunto al considerar el Artículo VII. Por el momento, es suficiente notar que el Dios sobe­rano quiere que el hombre tenga responsabilidad y liber­tad, y que la predestinación es la provisión eterna de Dios para la salvación de aquellos que con arrepentimiento y fe reciben a Cristo como su Salvador. En igual manera, la elección es la decisión hecha por Dios de salvar a los que se arrepienten y creen.

PARA SU CONSIDERACION

1.              ¿Por qué hoy hay tantos cristianos que pa­recen considerar a Dios co­mo una especie de "presi­dente honorario del uni­verso"

2.              ¿Qué garantiza la so­beranía de Dios en cuanto a los resultados finales de los asuntos humanos

3.              Elija el versículo o versículos que le parezcan el mejor resumen del do­minio soberano de Dios so­bre la historia. ¿Hasta qué punto podemos decir que la historia es "su histo­ria"

5.        Dios Creó y Gobierna al Universo

La creación y la providencia son los dos temas inclui­dos en esta declaración acerca de Dios.

A través de las Escrituras, desde Génesis hasta Apo­calipsis, la realidad de la creación se manifiesta o se da por sentada. En el uso bíblico del término, "crear" es algo que sólo Dios puede hacer. Significa causar, darle realidad a algo que antes no existía.

La doctrina bíblica de la creación refuta el panteís­mo-que es la aseveración de que Dios y el universo son lo mismo, y de que "Dios es todo y todo es Dios". La doctrina bíblica de la providencia o administración refuta el deísmo-que es la idea de que Dios creó el universo como un orden auto-subsistente, de poderes y leyes, y lo abandonó a su propio designio sin que El tuviera interés o le diera dirección: algo así como cuando un relojero hace un reloj, le da cuerda y lo deja funcionar por sí solo.

a.              Creación

La primera declaración que la Biblia hace en cuanto a Dios es que El es el creador de los cielos y la tierra y todo lo que está en ambos. Ecos de esta primera y sublime verdad se escuchan por toda la Biblia, que en otros lugares la da por sentado.

FUENTES BIBLICAS

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abis­mo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. Y creó Dios al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó (Génesis 1:1, 2, 21, 27).

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas y sin él, nada de lo que ha sido hecho fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres (Juan 1: 1-4).

Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía (Hebreos 11:3).

Véase también Salmos 8:3-9; 33:6; 89:11-12; Isaías 40:28; 44:24; 45:11, 18; Zacarías 12:1; Hechos 14:15; 17:24-28; Efesios 3:9; Colosenses 1:16-1 7; Hebreos 1:10-12; Apocalipsis 4:11; 10:6.

El hecho de la creación es inequívocamente claro. La Biblia no detalla el modo o método de creación.

Una lectura cuidadosa de Génesis 1 mostrará el em­pleo de dos clases de verbos. Uno es "crear" o "creó" (bara [heb] vrs. 1, 21, 27). Este término bíblico jamás se emplea a no ser en lo concerniente a Dios y siempre implica darle realidad o causar algo que antes no existía.

En la otra clase de verbos de Génesis 1, tenemos "sea," "hecho," "dio a luz," términos que implican actos formativos o procesos en los que a la materia ya existente se le dan nuevas formas. La tierra y las aguas reciben orden de "producir" distintos géneros de vida (vrs. 11-12, 20, 24).

La creación y los actos o procesos formativos descritos en Génesis 1 ocurrieron en un marco de tiempo-compues­to por seis períodos diarios, cada uno con tarde y mañana. Como tan concluyentemente ha demostrado el doctor H. Orton Wiley en su monumental teología cristiana de tres tomos (en inglés), los "días" de Génesis 1, con toda proba­bilidad no fueron períodos de veinticuatro horas, como pensamos actualmente en cuanto al término "día". La palabra hebrea "yom" (traducida "día"), en su origen significó simplemente un período definido de tiempo con principio y fin. A menudo se usaba en las Escrituras para representar una extensa medida de tiempo, traducida en diversas versiones como tiempo, vida, hoy, edad, perpetua­mente, continuamente y para siempre.

El doctor Wiley escribe: "Con un empleo tan flexible del término original, es imposible dogmatizar o exigir restricción exacta a uno solo de esos significados.[1]

PARA SU CONSIDERACION

1.              ¿De qué sistemas re­ligiosos de nuestros días ha oído usted, que son panteístas, que niegan la realidad del mal, de la en­fermedad o el dolor porque "todo es Dios, y Dios es bueno"

2.              Vea si puede hallar la línea divisoria entre las teorías sobre el origen de la tierra, que encajan en el marco bíblico y aquellas que no lo hacen.

3.              ¿Existe alguna expli­cación más satisfactoria del comienzo de las cosas que la que puede ser com­prendida en las palabras, "En el principio creó Dios los cielos y la tierra"

b.              La Providencia

La enseñanza bíblica acerca de la manera providen­cial en que Dios controla su universo está íntimamente relacionada con las verdades acerca de su soberanía y su obra redentora en Cristo. Las Escrituras, no consideran, en parte alguna, a Dios como un "Señor ausente," según lo hacían los antiguos deístas. El no sólo creó sino que sos­tiene y gobierna su universo.

Se denomina panteísmo a la teoría que identifica a Dios con el universo. El panteísmo sostiene lo que se llama "la calidad de inmanente"-o "interioridad"-de Dios. La doctrina que presenta a Dios y el universo completamente separados se conoce como deísmo. Este pone énfasis sobre "la trascendencia" o "apartamiento" o "Inteligencia su­prema de Dios".

El teísmo es la filosofía que enseña que la creación es la obra mecánica de Dios y que El continúa sosteniéndola "por la palabra de su poder" (Hebreos 1:3). Combina la "inmanencia" y la "trascendencia" de Dios. El Altísimo no está identificado con su creación; pero el universo en­tero no podría continuar su existencia y funcionamiento sin el vigorizante control de Dios.

FUENTES BIBLICAS

La sentencia es por decreto de los vigilantes, y por dicho de los santos la resolución, para que conozcan los vivientes que el Altí­simo gobierna el reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres (Daniel 4: 17).

¿No se venden dos pajarillos por un cuarto Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos (Mateo 10:29-31).

Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos, como algunos de vuestros propios poetas han dicho: Porque linaje suyo somos (Hechos 17:28).

Véase también Salmos 59:13; 66:5-7; 139:1-12; Isaías 66:1; Je­remías 23:24; Daniel 4:25, 32; Goloseases 1:17; Hebreos 1:3.

PARA SU CONSIDERACION

1.              ¿Cuál de estos ver­sículos expresa con mayor plenitud la noción conoci­da como teísmo según fue definida anteriormente

2.              ¿Qué conclusiones prácticas puede usted sa­car del hecho de la reali­dad que Dios está siempre presente y activo en todas partes de su universo ¿Qué efectos concomitan­tes tiene este concepto en el asunto de milagros y respuestas a la oración

6.        Dios es Santo

De principio a fin la Biblia enseña que Dios es santo. La santidad y el amor describen "todas las perfecciones de Dios manifestadas en su gobierno moral".[2] De la misma manera que el Nuevo Testamento define la naturaleza de Dios como amor (I Juan 4:8, 16) -lo que significa más inmensamente que el mero decir "Dios es amor"-el Anti­guo Testamento dice que Dios es "el Santo," expresión que en hebreo significa literalmente, "Dios es santo," (Salmos 71:22; 78:41; Isaías 1:5; 10:20; 40:25). El Dios de la Biblia es el Dios de amor santo.

FUENTES BIBLICAS

Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios (Levítico 19:2).

Y escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el San­to, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y nin­guno cierra, y cierra y ninguno abre (Apocalipsis 3:7).

Véase también Éxodo 15:11; Salmos 47:8; 93:5; Isaías 6:1-8; Hebreos 12:14; I Pedro 1:14-16; Apocalipsis 4:8; 15:4.

La santidad atribuida a Dios incluye tres elementos:

(1)            Su majestad exaltada, la solemne trascendencia del Todopoderoso. (2) Su radiante esplendor, su gloria, tan resplandeciente que los ojos mortales no podrían contem­plarla en su plenitud. (3) Su pureza inmaculada que no puede tolerar el mal (Habacuc 1:13) y que ama la justicia y la verdad. Fue el tercer elemento, el que en la visión de Isaías en el templo le hizo clamar en su inmundicia para que Dios quitara su culpa y limpiara su pecado.

La santidad de Dios es la fuente de la santidad de las cosas y los hombres. Cuando se dice que los días, mon­tañas, vestiduras y sacerdotes del Antiguo Testamento son santos, quiere decir, en su primera acepción que habían sido apartados de los usos cotidianos para ser usa­dos en los oficios divinos. Cuando la santidad se relaciona a los hombres, significa separación de lo que corrompe y pureza impartida de la naturaleza divina (II Pedro 1:4).

PARA SU CONSIDERACION

1.              Elija y memorice el versículo que a su parecer declara mejor la santidad de Dios.

2.              En términos prácti­cos, ¿qué significa la san­tidad de Dios para la vida cristiana ¿Puede usted definir la palabra "santi­dad" de modo tal que in­cluya la santidad de Dios y la aplicación de este vo­cablo a la vida humana

7.        Dios es Trino

La doctrina cristiana de la Trinidad es nuestro es­fuerzo humano para mantener en equilibrio tres verdades bíblicas: (1) la unidad o indivisibilidad de Dios (2) la deidad de Jesucristo y (3) la personalidad y deidad del Espíritu Santo. Ya han sido presentadas las evidencias bíblicas a favor de la declaración de que hay un solo Dios. Las enseñanzas escriturales acerca de la deidad de Cristo y la personalidad y deidad del Espíritu Santo serán trata­das en los Artículos II y III. En este lugar, consideraremos solamente el significado de la comprensión trinitaria de Dios.

Ninguna comparación terrenal o humana es comple­tamente satisfactoria para ayudarnos a entender la "tri­plicidad" y la "unidad" de Dios. Muchos cultos[3] en la actualidad ridiculizan la verdad de que Dios es trino y uno, o tres en uno.

Debemos evitar la tendencia a difamar lo que no po­demos comprender con facilidad, particularmente cuando se trata de Dios. Nunca debemos medir la verdad divina por nuestro limitado entendimiento. Como lo expresa­ban los eclesiásticos, medioevales, "un Dios que pudiera ser completamente comprendido por los hombres, en absoluto dejaría de ser Dios".

Tampoco debemos descartar artículos de fe sin consi­derar sus alternativas. Una doctrina debe juzgarse no sólo por lo que afirma sino por lo que sucede cuando se niega. Si desconocemos el histórico concepto cristiano del Dios Trino, quedamos relegados a alguna forma del unitaris­mo o el politeísmo. El primero niega la divinidad de Jesús y la personalidad del Espíritu Santo. El politeísmo, en este contexto, insistiría en las diferencias entre Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, hasta el punto de mani­festar tres Dioses. Para los que toman las Escrituras en todo su valor, la alternativa, unitarismo o politeísmo, es inaceptable.

El criterio de los unitarios es predicado en nuestros días no sólo por los modernistas o liberales sino también por algunos cultos populares que incluyen la Ciencia Cris­tiana, Unidad, Pensamiento Nuevo, Testigos de Jehová y la Iglesia Radial de Dios, de Herbert W. Armstrong. Históricamente, la doctrina unitaria siempre ha conducido al humanismo, porque quienes rechazan la plena deidad de Jesucristo y la personalidad del Espíritu Santo tienden a perder su sentido de la realidad de Dios.

Si bien no hay una analogía completamente satisfac­toria para el concepto de Tres en Uno, hay algunas que pueden servir de ayuda. Hay muchos ejemplos de multi­plicidad en la unidad en nuestras vidas cotidianas.

El ser humano es una unidad de cuerpo, alma y es­píritu.

El sol que nos alumbra es una trinidad de luz, calor y fuerza.

Un hombre puede ser a la vez, padre, hijo y hermano o esposo. El hecho de que es un hijo, o hermano, no le im­pide el ser a la vez esposo y padre.

Un gobierno tiene tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial, sin embargo no son tres gobiernos sino uno.

Podemos pensar en la "triplicidad" y unidad de Dios como podemos hacerlo con la de un cubo. Este cuerpo es uno. Sin embargo, tiene longitud, anchura y espesor. Cada una de estas cualidades es esencial para su estado. Quitadle una, y ya no tenemos cubo. Sin embargo, todas son diferentes; la longitud no es la anchura y a su vez, ninguna de ellas es el espesor. Ninguna de las tres dimensiones es una tercera parte del cubo. Cada una es en un sentido real, el todo, puesto que las tres se compenetran absolutamente.

Para la mente liberal que dice: "Sí, pero uno más uno más uno es igual a tres, no a uno," la única respuesta apropiada sería: "Sí, pero uno por uno por uno equivale a uno y no a tres". Las cosas separables pueden sumarse. Las referentes a las dimensiones del cubo sólo pueden multiplicarse. ¡Medítelo!

O suponga que sólo hubiera tres miembros de la espe­cie "hombre". Siga imaginando que estuvieran tan unidos al compartir y vivir juntos, que pensaran, quisieran y sintieran lo mismo. Sin embargo, cada uno seguiría sien­do completamente humano, completo en sí mismo y con todo, interdependiente uno de los otros. Tendríamos en­tonces tres personas en una de las especies o naturaleza, hombre. Este, para el caso, sería tres y al mismo tiempo, uno.

Ya se ha dicho bastante para indicar también que el pensamiento cristiano acerca de Dios debe evitar el ser arrastrado hacia una forma de "modalismo"-es decir, que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son sólo tres mani­festaciones o vinculaciones del mismo Dios. La teología ha tratado de impedir esto, hablando de "Personas" de la Deidad. Dios es uno en naturaleza y esencia, pero "trino" en persona o subsistencia. "El Hijo es eternamente en­gendrado por el Padre y el Espíritu Santo eternamente procede del Padre y del Hijo" es la descripción teológica de estas relaciones.

También debería recordarse que la objeción más gene­ralizada en contra de la doctrina de la Trinidad (excepto la que proviene de la dificultad de entenderla completa­mente), es de hecho, una parte esencial de la doctrina mis­ma-particularmente, la subordinación del Hijo al Padre.

Jesús de Nazaret, "el unigénito Hijo engendrado" de Dios, vivió en obediencia a la voluntad del Padre, oró a El y efectuó sus milagros por el poder del Espíritu Santo. Empero aun en su subordinación, El dijo: "Yo y el Padre uno somos" (Juan 10:30) y la frase le da el mayor énfasis posible a la unidad. Mientras que los que profesaban ser sus seguidores no siempre entendían a Jesús, sus enemigos comprendieron perfectamente su sentido cuando trataron de apedrearlo, porque como ellos decían, se había hecho "igual a Dios" (Juan 5:18).

Además, recordemos que nuestra capacidad de com­prender no es prueba válida de la verdad ni tampoco es el límite para una fe activa. Si así fuera, la mayoría de nosotros sería honestamente incapaz de creer en la vida, el amor, la electricidad, la curvatura del espacio, la gravi­tación, la velocidad de la luz o la fórmula "E = MC2". Pero, cuando elegimos inteligentemente aceptar la Biblia como la fuente de la verdad acerca de Dios, tenemos el derecho y el deber de aceptar sus verdades en la forma que nos resulte más coherente. Por lo tanto, sinceramente pode­mos aceptar la verdad del Artículo 1: "... Dios es trino en su ser esencial, revelado como Padre, Hijo y Espíritu Santo".

PARA SU CONSIDERACION

1.              Vea si puede pensar en otras ilustraciones sa­cadas de la experiencia que puedan describirse vá­lidamente con "tres" y con "uno".

2.              Resuma en sus pro­pias palabras, las conse­cuencias de rechazar la histórica doctrina cristia­na del Dios Trino.

 


[1] Teología Cristiana, tomo I (en inglés), pág. 456. Los estudiantes que tengan interés en las implicaciones de la doctrina bíblica de la creación, por algunas de las teorías de las corrientes científicas sobre el origen del universo, pueden leer toda la discusión del doctor Wiley en el tomo I, páginas 441-472.

[2] Ibid., I, 367

[3] Ramas heterodoxas de la iglesia.