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Capítulo 9 - Volviendo a Dios

Hay pocas palabras bíblicas que en la actualidad sean tan mal interpretadas como "arrepentimiento," por­que para la mayoría ese término significa "tristeza por el pecado"-es decir, asunto de sentimientos. Pero la declaración bíblica es que "la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muer­te" (II Corintios 7:10).

El arrepentimiento es una decisión que resulta en acción. La convicción que conduce a ésta puede producir tristeza; la decisión puede venir en una crisis emocional; pero el arrepentimiento mismo es una elección hecha en respuesta al llamamiento de Dios mediante su Espíritu.

VIII. EL ARREPENTIMIENTO

Creemos que el arrepentimiento, que es un cambio sincero y completo de la mente respecto del pecado, con el reconoci­miento de culpa personal y la separación voluntaria del pe­cado, se exige de todos los que por acción o propósito, han llegado a ser pecadores contra Dios. El Espíritu de Dios da a todos los que quieran arrepentirse, la ayuda benigna de la contrición de corazón y esperanza de misericordia, para que crean en el perdón y logren la vida espiritual.

Podemos presentar las verdades esenciales del Artícu­lo VIII en la siguiente manera:

1.              El arrepentimiento es abandono del pecado.

2.              El arrepentimiento es esencial para el perdón.

3.              El arrepentimiento depende de la ayuda del Espí­ritu Santo.

4.              El arrepentimiento y la fe van juntos.

1.     El Arrepentimiento es Abandono del Pecado

El arrepentimiento implica una decisión en el presen­te y un propósito para el futuro; pero su principal obra tiene que ver con los pecados del pasado. Nos arrepenti­mos de los pecados que hemos hecho y abandonamos las prácticas pecaminosas que hemos seguido.

FUENTES BIBLICAS

El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los con­fiesa y se aparta alcanzará misericordia (Proverbios 28:13).

No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepenti­miento (Lucas 5:32).

Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta igno­rancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan (Hechos 17:30).

Véase también Jeremías 31:19; Ezequiel 14:6; 18:30; Hechos 8:22; I Juan 1:9; Apocalipsis 2:22; 9:20-21.

El arrepentimiento puede comenzar con un solo pe­cado o una clase de pecados. Pero no es completo sino hasta que abarca el principio mismo del pecado-rebelión contra Dios y su voluntad para la vida.

PARA SU CONSIDERACION

1.          ¿Qué actitud hacia el pecado implica el arrepen­timiento

2.              ¿Ve usted alguna evi­dencia de que la confesión sin el abandono del pecado es sólo "la ostentación de nuestro pecado ante el ros­tro de Dios"

2.        El Arrepentimiento es Esencial para Obtener el Perdón

Hay varias referencias en el Nuevo Testamento que colocan a la fe como la primera condición para el perdón de los pecados (Juan 3:16, 36; 11:25; Hechos 13:38-39; 16:31; Romanos 5:1; Efesios 2:8). Pero ellas no niegan la nece­sidad del arrepentimiento. La fe y el arrepentimiento son dos lados del mismo hecho (Véase Sección 4). Exactamen­te como uno no puede volverse del norte sin dar cara al sur, tampoco puede volverse de sus pecados sin ponerse frente al Salvador. El arrepentimiento es darle la espalda al pecado; la fe es voltear el rostro hacia el Salvador. Cuando cada una de ellas es genuina, ambas acciones son inse­parables.

FUENTES BIBLICAS

Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepen­tíos, porque el reino de los cielos se ha acercado (Mateo 4:17).

El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (II Pedro 3:9).

Véase también Mateo 3:2; Lucas 13:3, 5; 24:47; Hechos 2:38, 3:19; 5:31; 17:30.

PARA SU CONSIDERACION

1.              ¿Es posible recibir la salvación por la fe sin arre­pentirse del pecado ¿Por qué no

2.              ¿Qué hay en el peca­do y en la salvación que hace que el arrepentimien­to sea necesario

3.     El Arrepentimiento Depende de la Ayuda del Espíritu Santo

No hay referencias escriturales específicas que traten sobre este tema; pero toda la enseñanza acerca del Es­píritu Santo en el Nuevo Testamento lo implica. Todo lo que tenemos en la vida espiritual nos viene por el Espíritu Santo. El dolor del corazón que coincide con la respuesta en fe obediente al llamado de Dios es la obra del Espíritu Santo en el interior del ser humano.

FUENTES BIBLICAS

Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento (Mateo 3:8). ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y lon­ganimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepenti­miento (Romanos 2:4).

Véase también Juan 16:7-11; Hechos 26:20; Romanos 8:9; Apocalipsis 2:5.

PARA SU CONSIDERACION

¿Es en algún sentido el arrepentimiento una forma de "buenas obras" que nos ganan cierto dere­cho al favor de Dios ¿Por qué es esto una imposibili­dad

4.     El Arrepentimiento y la Fe van Juntos

Ha habido mucha discusión en cuanto a si hay condi­ciones del perdón y cuáles son. Hay quienes dicen que la única condición es la fe; otros añaden el arrepentimiento y la confesión. Como se indica en la Sección 2, la fe nunca opera sola. Es otra modalidad del cambio total de mente en cuanto al pecado; eso es el verdadero arrepenti­miento bíblico.

FUENTES BIBLICAS

Testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo (Hechos 20: 21).

Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el funda­mento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios (Hebreos 6:1).

Véase también Mateo 21:32; Marcos 1:15; II Timoteo 2:25-26.

Ni la fe ni el arrepentimiento son en manera alguna obras meritorias. Constituyen simplemente la obediencia al llamado de la gracia divina, obediencia hecha posible por la ayuda del Espíritu Santo. La salvación es un don recibido-ya sea como algunos han pretendido, otorgada "sin el conocimiento o consentimiento" de la persona, o sea que la mano de fe se alargó para recibirla. La salvación es en cualquier sentido, "del Señor". Nuestra parte es tomar lo que El da; en ninguna manera "se merece o gana" el don.

PARA SU CONSIDERACION

1.              En sus propias pala­bras, describa la relación recíproca entre el arrepen­timiento y la fe y también entre el primero y la gracia salvadora de Dios.

2.              ¿Cómo contestaría a la noción de los calvinistas extremistas de que la ne­cesidad de alguna respues­ta humana introduce un elemento de "obras" o "méritos" para la salva­ción