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Capítulo 4 - El Espíritu Santo

Durante un largo período en la historia del pensa­miento cristiano, la doctrina sobre el Espíritu Santo fue tema descuidado. Sólo en el lapso de los últimos setenta y cinco años, la teología del Espíritu ha ocupado real­mente su debido lugar. El Artículo III de nuestro Manual se ocupa del asunto.

III. EL ESPIRITU SANTO

3. Creemos en el Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Divina Trinidad, que está siempre presente y eficazmente ac­tivo en la Iglesia de Cristo y juntamente con ella, convencien­do al mundo de pecado, regenerando a los que se arrepienten y creen, santificando a los creyentes y guiando a toda verdad según Jesucristo.

Esta declaración es una combinación muy cuidadosa y sucinta de términos. Cada frase sugiere una verdad im­portante. El artículo puede ser analizado de la siguiente manera:

1.              La personalidad del Espíritu Santo

2.              La deidad del Espíritu Santo

3.              El lugar del Espíritu Santo en la iglesia

4.              La obra del Espíritu Santo en el mundo

5.              El Espíritu Santo y la regeneración

6.              El Espíritu Santo y la santificación

7.              El Espíritu Santo como maestro

1.        La Personalidad del Espíritu Santo

Debido a uno de esos accidentes del idioma encontra­mos que el término "Espíritu" (en griego) es neutro. Por esa causa, es fácil caer en el error de pensar en el Espíritu Santo como si fuera una cosa, un poder, una fuerza o una influencia.

Tanto en el hebreo bíblico (ruach) como en el Nuevo Testamento griego (pneuma), la palabra que se traduce "Espíritu" se emplea para referirse al Espíritu de Dios y al espíritu del hombre. En ambos idiomas el término significa "viento, aire o respiración". Si sólo tuviéramos el Antiguo Testamento y la derivación de las palabras para guiarnos, perderíamos completamente la verdad de que el Espíritu Santo es una Persona divina igual que Dios el Pa­dre y Jesucristo el Hijo.

Debe aclararse bien que la palabra "persona" no sig­nifica cuerpo físico. Se refiere a un ser con conciencia ra­cional, voluntad o propósito y sentimiento. El Nuevo Testamento nos demuestra en una docena de maneras que el Espíritu Santo es una Persona divina.

FUENTES BIBLICAS

Y yo rogaré al Padre y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre; al Espíritu de verdad, el cual el mun­do no puede recibir, porque no le ve ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros (Juan 14: 16-17).

Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios (Romanos 8:14).

Véase también Mateo 4:1; 10:20; 28:19; Juan 14:26; 15:26; 16:7-8; 13-15; Hechos 5:3-4; 8:29; 10:19; 13.4; 16:6; 20:23; 11 Corin­tios 13:14; Efesios 4:30; Apocalipsis 2:7, 11, 29; 14:13.

Nótese en particular el empleo de los pronombres personales "él," "a él," cuando se hace referencia al Espí­ritu Santo. También préstese atención a la cantidad de veces en las que se dice que El guía, habla, dice, enseña, glorifica, es contristado, prohíbe, testifica y en general actúa y es tratado como una Persona.

PARA SU CONSIDERACION

1.              En sus propias pala­bras haga un resumen de las evidencias bíblicas so­bre la personalidad del Es­píritu Santo.

2.              ¿Qué pérdida para la doctrina cristiana puede usted ver, cuando el Espí­ritu Santo es considerado meramente como una cosa o poder

2.        La Deidad del Espíritu Santo

El Nuevo Testamento no sólo revela que el Espíritu Santo es una Persona, sino también que se trata de una Persona divina. Tal como Cristo es Dios, también el Espí­ritu Santo es Dios. El es la "Tercera Persona" de la "Tri­na Deidad".

FUENTES BIBLICAS

Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones bauti­zándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28:19).

Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mis­mo... Y hay diversidad de operaciones, pero Dios que hace to­das las cosas en todos, es el mismo (I Corintios 12:4-6).

Véase también Mateo 12:31-32; Juan 14:15-17, 23; Hechos 5:3-4; 1 Corintios 3:16; 6:19-20; II Corintios 3:17-18; 13:14; Apocalip­sis 2:7, 11, 17, 29; 3:6, 13, 22.

Note la igualdad del Padre, Hijo y Espíritu Santo en las fórmulas y bendiciones bautismales. Cuando el Conso­lador mora, su presencia significa también la morada del Padre y del Hijo. Mentir al Espíritu Santo es mentir a Dios. El cuerpo que es templo del Espíritu Santo, lo es de Dios. El Señor y el Espíritu son uno. Los mensajes del Cristo divino a las siete iglesias de Asia son mensajes del Espíritu Santo.

PARA SU CONSIDERACION

1.              Vea que el material de esta sección se ajusta a las declaraciones acerca de la Trinidad que encontra­mos en el Artículo I.

2.              Resuma en sus pro­pias palabras la evidencia en los pasajes de las Es­crituras citados que de­muestran que el Espíritu Santo es divino.

3.        El Lugar del Espíritu Santo en la Iglesia

A menudo se ha denominado a la iglesia, "la comuni­dad del Espíritu". Es la presencia del Espíritu Santo lo que hace de una sociedad humana, una representación genuina del cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:12-20).

Cuando los seguidores de Alejandro Campbell se apro­piaron del título "Iglesia de Cristo" no se detuvieron a pensar en que todos los creyentes que en verdad han na­cido otra vez son miembros de la Iglesia Universal de Cris­to a la que hace referencia el Artículo III. Es la presencia y obra del Espíritu Santo en cualquier asamblea de segui­dores de Cristo lo que los transforma en la Iglesia del Se­ñor, completamente aparte de toda afiliación denomina­cional o sectaria.

El Libro de los Hechos es la gran fuente para el estu­dio del Espíritu Santo en la iglesia. La llegada del Espíritu Santo el primer día de Pentecostés cristiano fue el evento que unió a los discípulos en la gran confraternidad que es la iglesia cristiana. Dado que contiene cincuenta y cin­co referencias al Espíritu Santo (más que cualquier otro libro de la Biblia), bien podría llamársele con más exac­titud "Los Hechos del Espíritu Santo" más que "Los He­chos de los Apóstoles."

El Espíritu Santo es la fuente de poder en la iglesia y el lazo que une su membresía con un vínculo más íntimo que el parentesco de carne y sangre.

FUENTES BIBLICAS

Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo (Hechos 9:31).

Porque por medio de El, los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mis­mo (Efesios 2:18-22).

Véase también Hechos 1:8; 2:38-39; 4:23-33; 13:1-3; 15:22-29; Romanos 15:16; I Corintios 12:3-31; Efesios 4:1-6, 30-32; 1 Pe­dro 1:22-23.

PARA SU CONSIDERACION

1.          ¿Qué puede esperarse en una iglesia cuando se honra al Espíritu Santo y se siguen sus direcciones

2.          Si el Espíritu Santo se retirase de la iglesia a la que usted concurre, ¿cuánto tiempo continua­rían ustedes sus activida­des antes que fuera nota­da su ausencia

4.        La Obra del Espíritu Santo en el Mundo

El Espíritu Santo es el portador de lo que los teólogos llaman "gracia preventiva". Esta es la medida de la ayuda divina que llega a nuestros corazones antes que acudamos a Dios otra vez. Hasta cierto punto, esta gracia controla la depravación a la que todos estamos sujetos por ser des­cendientes de Adán. Todo lo que pueda encontrarse de decencia y bondad genuina en una sociedad corrompida-y puede ser mucho-debe atribuirse a la influencia del Espíritu Santo, influencia de la cual sus receptores pue­den pasar completamente inadvertidos. El Espíritu Santo es la "conciencia cósmica" del hombre.

FUENTES BIBLICAS

Porque yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; por­que si no me fuere, el Consolador no vendría a nosotros; mas si me fuere os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzga­do (Juan 16:7-11).

Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven, y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente (Apoca­lipsis 22:17).

Véase también Isaías 61:1-3; Lucas 4:18-19; Juan 6:44; Roma­nos 8:14, 26; 1 Corintios 2:12; I Juan 4:2.

PARA SU CONSIDERACION

1.          ¿Cómo es transmi­tida la Palabra de Dios desde el predicador o el testigo a las almas necesi­tadas

2.          ¿Qué quiere expre­sarse al decir que el Espí­ritu Santo "convence" al mundo de su pecado, su necesidad de justicia y de la certidumbre del juicio

3.          ¿Cómo fortalece el Espíritu el testimonio de aquellos que han acudido a Cristo y quienes a su vez, invitan a otros a hacer lo mismo

5.        El Espíritu Santo y la Regeneración

Los que se arrepienten (los que se vuelven de sus pe­cados al Salvador), y creen (dependen sólo en Cristo para su salvación) son "regenerados". Esta palabra significa literalmente "volver a nacer" o "nacidos de nuevo". Es el cambio interior que el Espíritu Santo obra en aquellos que reciben a Cristo y creen en su nombre (Juan 1:11-12).

FUENTES BIBLICAS

Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche y le dijo: Rabbí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicode­mo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no nacie­re de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es (Juan 3:1-6).

Mas vosotros, no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tie­ne el Espíritu de Cristo, no es de él (Romanos 8:9).

Véase también Juan 14:17; 1 Corintios 3:16; Tito 3:4-7.

Volveremos a este tema cuando tratemos el Artículo IX. Aquí es de suma importancia notar la continuidad de la obra del Espíritu Santo. Todo aspecto en la vida espiri­tual del individuo y de la iglesia es obra de El, y solamente de El.

PARA SU CONSIDERACION

1.          ¿Qué demuestra la conversación entre Jesús y Nicodemo acerca de las personas que todavía ne­cesitan "nacer de nuevo"

2.          ¿En qué sentido es verdad que todas las per­sonas convertidas "tie­nen" el Espíritu Santo Juan 14:17; Romanos 8:9.

6.        El Espíritu Santo y la Santificación

Los artículos V y X tratan con mayor amplitud el asunto de la santificación del creyente. Aquí meramente notaremos que la santificación es la obra del Espíritu San­to en el corazón, no el resultado de los esfuerzos propios, lucha o crecimiento del cristiano.

FUENTES BIBLICAS

Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones (Hechos 15:8-9).

Pero nosotros debemos siempre dar gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya es­cogido desde el principio para salvación mediante la santifica­ción por el Espíritu y la fe en la verdad (II Tesalonicenses 2:13)

Véase también Juan 14:16; 17:17; Romanos 15:16; Efesios 4:30-32; I Pedro 1.2.

Veríamos con mucha más claridad que la santifica­ción, en la plenitud del sentido de ese término del Nuevo Testamento, es la obra del Espíritu Santo, si tuviéramos ante nosotros el original griego. Hagios, hagiadzo, y ha­giasmos son los términos griegos que siempre se traducen, y correctamente, en nuestro idioma por santo, santificado, santidad. También es muy exacta la versión con mayúscu­la de la palabra "espíritu" de Romanos 1:4, donde habla del "Espíritu de santidad," según también la traducción de Romanos 8:11, en nuestro Nuevo Testamento en caste­llano.

PARA SU CONSIDERACION

1.          ¿Qué evidencia ve usted de que la santifica­ción, en el sentido pleno del término del Nuevo Testamento, es la obra del Espíritu Santo (Note que hay un sentido ilimitado en el cual la palabra "san­tificar" es empleada algu­nas veces como el equiva­lente de apartar, consa­grar, tal como leemos en Juan 17:19; Mateo 23:19; I Corintios 7:14).

2.          ¿Cuál es la alterna­tiva a la posición de que el Espíritu Santo es el Agen­te de nuestra santifica­ción

7.        El Espíritu Santo como Maestro

Fue Jesús quien habló más acerca del Espíritu Santo como Maestro y Guía. Nada en su evangelio tendría mucho sentido si el Espíritu de verdad no iluminara nuestras mentes y las capacitara para captar esa verdad. El inspiró la Biblia (véase el Artículo IV) y nos ayuda a entenderla y sacar provecho de ella.

FUENTES BIBLICAS

Porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir (Lucas 12:12).

Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que habla­rá todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de ve­nir (Juan 16:13).

Véase también Lucas 2:26; Juan 14:26; Romanos 8:14; 1 Corin­tios 2:9-14; I Juan 2:20, 27; 5:7.

PARA SU CONSIDERACION

1.          ¿Qué debería signifi­car en la vida diaria, la verdad que el Espíritu Santo es el maestro y guía del cristiano ¿Qué impli­ca en la lectura y estudio de la Biblia

2.          ¿De qué maneras en su propia experiencia, le enseña y dirige el Espíritu Santo