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Capítulo 11 - Significado y Alcance de la Santificación

En su empleo más amplio, la "santificación" incluye todo lo que Dios hace en nosotros mediante su Espíritu al librarnos del poder y presencia del pecado original. Por lo tanto es apropiado, como se ha hecho algunas veces, refe­rirse al nuevo nacimiento como "santificación inicial".

Pero, normalmente, cuando hablamos de la santifica­ción dentro de la estructura de la vida cristiana, nos refe­rimos a "la entera santificación." Esta es una frase que proviene casi directamente de I Tesalonicenses 5:23-24.

X. LA ENTERA SANTIFICACION

Creemos que la entera santificación es aquel acto de Dios, subsecuente a la regeneración, por el cual los creyentes son hechos libres de pecado original, o depravación, y son trans­formados a un estado de entera devoción a Dios, y a la obe­diencia de amor hecho perfecto.

Se obra por el bautismo con el Espíritu Santo, y encierra en una sola experiencia la limpieza del corazón de pecado, y la presencia real y permanente del Espíritu Santo, dando al cre­yente el poder necesario para llevar una vida santa y servi­cial.

La entera santificación se provee por la sangre de Jesús se obra instantáneamente por la fe, precedida por la entera consagración; y el Espíritu Santo da testimonio a esta obra y estado de gracia.

Esta experiencia se conoce también por varias expresiones representando sus diferentes frases, tales como "La Perfec­ción Cristiana," "El Amor Perfecto," "La Pureza de Corazón," "El Bautismo del Espíritu Santo," "La Plenitud de la Bendi­ción" y "La Santidad Cristiana."

Una nota adicional se da en las "Reglas Especiales" a las que se llama la atención por medio de un asterisco al final del Artículo X y que dice así:

CRECIMIENTO EN LA GRACIA

Hay una distinción marcada entre un corazón perfecto y un carácter perfecto. El primero se obtiene instantáneamente- es el resultado de la entera santificación; pero el segundo es el resultado del crecimiento en la gracia.

Nuestra misión al mundo no es solamente la de propagar la santidad bíblica como una doctrina, sino también que seamos "ejemplo de los fieles en palabra, en conversación, en cari­dad, en espíritu, en fe, en limpieza." Nuestro pueblo debe dar atención cuidadosa al desarrollo de la santidad en el temor del Señor y al cultivo de las virtudes cristianas en el corazón, y su manifestación en la vida diaria.

El Artículo X y lo mencionado sobre el "Crecimiento en la Gracia" nos llaman la atención a los siguientes asuntos:

1.              La entera santificación sigue a la regeneración.

2.              La santificación es la obra del Espíritu Santo.

3.              La santificación produce limpieza de pecado.

4.              La santificación es poder tanto como limpieza.

5.              Las condiciones son consagración y fe.

6.              La santificación se describe con varios términos.

7.              La pureza debe conducir a la madurez.

1.        La Entera Santificación Sigue a la Regeneración

Algunas veces se llama a la entera santificación la "segunda obra de gracia," o "la segunda bendición". La verdad que imparten estos términos es que sigue a la con­versión. Sólo aquellos que son cristianos en el sentido bíblico pueden ser santificados.

FUENTES BIBLICAS

Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son; santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos (Juan 17:9, 17, 20).

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro enten­dimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta (Romanos 12:1-2).

Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os lla­ma, el cual también lo hará (1 Tesalonicenses 5:23-24).

Véase también Isaías 6:1-6; 35:8-10; Juan 14:15-17; Hechos 1:8; 8:14-1 7; 19:1-2; Romanos 6:19; II Corintios 7:1; 1 Tesaloni­censes 1:1-4; 5:3, 7-8; Hebreos 6:1-2; 12:14-1 7; 13:12-13; I Pedro 1:14-16; I Juan 1:7; 3:1-3.

Estas selecciones bíblicas son claras en lo que con­cierne al estado espiritual de las personas a las que son dirigidas o acerca de quienes fueron escritas. (Note que, según Isaías 1:1, el profeta ya había sido llamado y tam­bién profetizado durante el reinado de Uzías. Fue la muerte del mencionado rey lo que fechó su visión de la santidad de Dios en el templo). Si la plenitud del Espíritu, santificación y limpieza, están disponibles sólo para los que ya son cristianos, entonces, es una obra "subsecuente a la regeneración".

Vemos que los creyentes necesitan una experiencia posterior, en pasajes tales como Lucas 24:49; 1 Corintios 3:1-3; Gálatas 5:17; Efesios 4:20-24; Santiago 4:1-8, tanto como en muchas exhortaciones y mandatos, oraciones y ruegos que aparecen en las cartas del Nuevo Testamento-todas dirigidas a creyentes.

PARA SU CONSIDERACION

1.              Haga un resumen de la evidencia de que estos versículos bíblicos indican que la entera santificación es "subsecuente a" o sigue a la regeneración.

2.              Cuando se llega a la interpretación del conte­nido de las epístolas del Nuevo Testamento, ¿qué importancia tiene el hecho de que sean todas dirigi­das a cristianos

2.        La Santificación es la Obra del Espíritu

Como hemos visto, la obra del Espíritu Santo comien­za con nosotros antes de convertirnos. En la regeneración somos "nacidos del Espíritu," "tenemos" el Espíritu y somos guiados por El como cristianos (Romanos 8:9, 14-17). La entera santificación es el subsecuente bautismo del Espíritu o el ser "llenos del Espíritu" (Efesios 5:18).

FUENTES BIBLICAS

Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apa­gará (Mateo 3:11-12).

Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya es­cogido desde el principio para salvación, mediante la santifica­ción por el Espíritu y la fe en la verdad, a la cual os llamó me­diante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Se­ñor Jesucristo (H Tesalonicenses 2:13-14).

Véase también Marcos 1:8; Juan 1 7:7-11; Hechos 1:5; 2:1-4; Romanos 15:16; Efesios 5:18, 25-27; 1 Pedro 1:1-2.

Repase nuevamente Juan 14:15-17 y note lo que Jesús les dice a sus discípulos acerca de "conocer" al Espíritu y de que estaba con ellos, en relación con la promesa más completa de que el Espíritu Santo sería "en" ellos, para permanecer con ellos para siempre. Aunque estas palabras tienen un lado histórico o dispensacional, todo el conjunto muestra que también representan la experiencia cristiana personal. Nótese también que el versículo 23, al comparar­lo con el 17, muestra que "con" y "en" no deben ser tomados como que significan un contraste espacial entre "fuera de" y "dentro de". Más bien describen distintas re­laciones con el Espíritu Santo. El mismo Espíritu que es fuente de nuestra vida también ha de volverse el Manan­tial de pureza y poder.

PARA SU CONSIDERACION

1.              Recordando que el Espíritu Santo es la fuen­te de toda vida y gracia espiritual, ¿en qué sentido especial puede ser consi­derado el Autor de la san­tificación

2.              Según la promesa de Jesús, ¿cuál sería la mi­sión especial del Consola­dor en las vidas de sus discípulos

3.        La Santificación Resulta en la Limpieza de Pecado

Por definición, santificación quiere decir apartar para los propósitos divinos y liberación del pecado. Ahora dedicaremos nuestra atención a probar que la entera san­tificación implica la limpieza completa del corazón.

FUENTES BIBLICAS

Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve (Salmos 51:7).

Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones (Hechos 15:8-9).

Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, ha­biéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tu­viese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha (Efesios 5:25-27).

Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comu­nión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado (I Juan 1:7).

Véase también Salmos 24:3-4; Mateo 5:8, 48; Romanos 6:6-7; 8:2-4, 6-9; II Corintios 7:1; Gálatas 5:17, 24; 1 Timoteo 1:5; Tito 2:11-14; Hebreos 13:12; Santiago 4:8; I Pedro 1:14-16; I Juan 1:9; 3:3.

La verdad que corre en común a través de todos estos versículos es la posibilidad de un corazón limpio. Sola­mente si el pecado fuera identificado con la humanidad o con el cuerpo físico, la pureza de corazón sería inherente­mente imposible en esta vida. Tanto Adán y Eva, cuando al principio fueron creados, como Jesús durante toda su vida terrenal, eran completamente humanos y tenían cuer­pos físicos normales; y sin embargo, no tenían mancha de pecado interior. El pecado es parte de la condición del hombre, pero no de su naturaleza. Es una enfermedad, una fiebre, una desviación o torcedura de la naturaleza moral. La enfermedad puede ser curada; la fiebre dismi­nuida; lo torcido o desviado, enderezado sin destruir la personalidad humana. El pecado es un intruso en la na­turaleza del hombre; una "obra del diablo" que Jesús vino a destruir (I Juan 3:4-8).

Nótese también que la limpieza "es provista por la sangre de Jesús". La cruz que asegura nuestra justifica­ción (Juan 3:16; Romanos 5:9) también nos santifica (Efe­sios 5:25-27; Hebreos 13:12; I Juan 1:7).

PARA SU CONSIDERACION

1.              ¿Es concebible que el Espíritu Santo pueda lle­nar un corazón y no cure su pecaminosidad inte­rior

2.              Guiándose por Ro­manos 8:6-7, ¿cuál diría usted que es la marca dis­tintiva de la mente car­nal ¿Cuál es la diferen­cia entre ésta y la humani­dad

4.        La Santificación es Poder Tanto como Limpieza

La entera santificación, realizada por el bautismo del Espíritu Santo, además de obrar la pureza interior, le imparte al creyente poder para dar testimonio, para servir, para orar y en general para una vida santa. El Libro de los Hechos es la principal fuente del Nuevo Testamento para que entendamos qué es el poder del Espíritu.

FUENTES BIBLICAS

Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra (Hechos 1:8).

Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de po­der, de amor y de dominio propio (II Timoteo 1:7).

Véase también Lucas 24:49; Romanos 15:13; 18-19; Hechos 4:31-33; 1 Corintios 2:45; 11 Corintios 4:7.

Note las diversas maneras en que se manifiesta el poder del Espíritu. A menudo, nosotros tendemos a iden­tificar el poder del Espíritu con lo espectacular. Pero el poder del espíritu es poder para ser y soportar, más que para hacer obras que maravillen a los que nos miran.

PARA SU CONSIDERACION

1.              Escoja y memorice el versículo que a su parecer declare mejor la promesa del poder del Espíritu y lo que ese poder ha de lograr.

2.          ¿Hasta qué grado va­rían los resultados del po­der en las distintas cir­cunstancias

5.        Las Condiciones son Consagración y Fe

La entera santificación es obrada en nosotros cuando consagramos nuestro ser redimido y la recibimos por la fe, de la misma manera que la regeneración requiere las condiciones del arrepentimiento y la fe. El arrepentimien­to, como ya hemos visto, es volverse de los pecados del pasado. La consagración consiste en rendir a Dios la perso­nalidad redimida, revivida de entre los muertos, rendida por completo al propósito divino. Los pecadores son llama­dos al arrepentimiento. Sólo los cristianos pueden consa­grarse.

FUENTES BIBLICAS

Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como ins­trumentos de iniquidad; sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios co­mo instrumentos de justicia (Romanos 6:13).

Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para ser­vir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia (Romanos 6:19).

Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios (II Corintios 8:5).

Para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Es­píritu (Gálatas 3:14).

Véase también Hechos 6:5; 15:8-9; 26:16-18; Romanos 12:1-2; 13:11-14; II Corintios 8:5; Colosenses 3:1-11; 1 Tesalonicenses 3:10; II Tesalonicenses 2:13.

Así como el Espíritu Santo da testimonio al creyente de su adopción como hijo de Dios, también hay un testimonio del Espíritu a la entera santificación. No es un "don del Espíritu" (1 Corintios 12:4-7, 28-31), aunque la capacidad de hablar lenguas extranjeras sin haberlas aprendido acompañó al bautismo del Espíritu Santo en el Pentecos­tés de Jerusalén (Hechos 2:6-11) y fue repetido en Cesárea (Hechos 10) y Éfeso (Hechos 19). Cuando las llamadas "lenguas extrañas" aparecen en el Nuevo Testamento (I Corintios 14) no se menciona para nada al Espíritu Santo. La mención en I Corintios 14:15 se refiere al espíritu hu­mano, no al Espíritu Santo, tal como se puede ver por el uso de la e minúscula.

El testimonio del Espíritu a la entera santificación es una seguridad interior de que el sacrificio ofrecido ha sido sellado (Efesios 1:13, 4:30), que es lo que Dios ha pro­metido. El ha hecho la obra. Esto se confirma con mayor amplitud con el desarrollo de los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22-23). La mayor parte de las referencias del capítulo IX, sección 4, tiene que ver con la seguridad de la entera santificación de la misma manera que aseveró la justificación.

PARA SU CONSIDERACION

1.          ¿Qué es lo que hay en estos versículos que espe­cíficamente muestra que sólo un cristiano puede hacer la clase de consagra­ción que conduce a la fe para la entera santifica­ción

2.          ¿Cómo puede saber un creyente que está santi­ficado

3.          ¿Qué paralelos puede usted encontrar entre el lado humano de la conver­sión y la parte del hombre en la entera santificación

6.        La Santificación Descrita por Varios Términos

"Santificación" y "santidad" son términos traducidos directamente del hebreo y del griego.

En adición a "santificación" y "santidad" la Biblia describe la experiencia cristiana más profunda en maneras que dan origen a otros nombres.

a)          Perfección Cristiana

FUENTES BIBLICAS

Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto (Mateo 5:48).

Os saluda Epafras, el cual es uno de vosotros, siervo de Cristo, siempre rogando encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere (Colosenses 4:12).

Véase también Lucas 6:40; Efesios 4:11-13; Filipenses 3:12, 15; Hebreos 6:1-3, 10-14; 13:20-21.

b)          Amor Perfecto

FUENTES BIBLICAS

En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que ten­gamos confianza en el día del juicio, pues como él es, así somos nosotros en este mundo. En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor (1 Juan 4:17-18).

Cuando la palabra "perfección" tiene que ver con seres humanos siempre debe ser calificada con el adjetivo "cristiana" o "evangélica" para asegurarse que no se trata de alguna excelencia humanamente conquistada. La per­fección cristiana es una vinculación de unión con un Cristo perfecto (Hebreos 2:11). El amor perfecto es tal que no admite rivales y sin embargo, es capaz de crecimiento.

c)          Pureza de Corazón

FUENTES BIBLICAS

Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios (Mateo 5:8).

Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida (I Ti­moteo 1:5).

Véase también Hechos 15:8-9; II Corintios 7:1; Santiago 4:8; 1 Juan 1:7.

d)          El Bautismo del Espíritu Santo

FUENTES BIBLICAS

Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días (Hechos 1:5).

Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a ha­blar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen (Hechos 2:4).

Entonces me acordé de lo dicho por el Señor, cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en agua, mas vosotros seréis bautiza­dos con el Espíritu Santo (Hechos 11:16).

No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu (Efesios 5:18).

Véase también Mateo 3:11-12; Marcos 1:8; Lucas 3:16-17; Juan 1:33; Romanos 6:4-7.

e)          La Plenitud de la Bendición

FUENTES BIBLICAS

Y sé que cuando vaya a vosotros, llegaré con abundancia de la bendición del evangelio de Cristo (Romanos 15:29).

f)          Santidad Cristiana

FUENTES BIBLICAS

Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos sier­vos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna (Romanos 6:22).

Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia sino a santifica­ción. Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo (I Tesalonicenses 4:7-8).

Véase también Romanos 6:19; Efesios 4:20-24; Hebreos 12:9-10, 14-17.

PARA SU CONSIDERACION

1.          ¿Qué demuestra la diversidad de términos en cuanto a la extensión y di­ferentes aspectos de esta gracia de la santificación

2.          A la luz de lo que us­ted ha leído, vea si puede escribir una definición de la entera santificación que incluya los puntos esencia­les de la obra.

7.        La Pureza Debe Conducir a la Madurez.

La nota agregada a las "Reglas Especiales" del Ar­tículo X hace hincapié en las diferencias entre la experien­cia que es obra de un momento y el largo proceso que dura toda la vida del crecimiento en la gracia. La pureza de corazón es el resultado del poder de purificación del Es­píritu Santo (Hechos 15:8-9; I Juan 1:7); la madurez de carácter es el resultado del crecimiento en la gracia.

FUENTES BIBLICAS

Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benig­nidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley (Gálatas 5:22-23).

Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfec­cionar a los santos para la obra del ministerio, para la edifica­ción del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo vien­to de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, se­gún la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor (Efesios 4:11-16).

Véase también Juan 16:13-15; Hechos 2:46-47; II Corintios 7:1; Efesios 6:10-20; 1 Pedro 5:10; II Pedro 1:4-11; 3:18; 1 Juan 1:7.

Note las diversas maneras en que estas escrituras se­ñalan la necesidad del crecimiento en la gracia de la santi­dad. Crecemos mediante la devoción personal, la partici­pación en la vida y obra de la iglesia, el testimonio, y al vivir victoriosamente a través de las pruebas y los sufri­mientos.

PARA SU CONSIDERACION

1.          ¿Qué sucede cuando los cristianos asumen la actitud de que "ya lo tie­nen todo" o que han "lle­gado" al límite máximo de la vida espiritual

2.          ¿Qué dice la Escritu­ra en cuanto a cuál es el límite ascendente del cre­cimiento cristiano ¿Cree usted que alguno de noso­tros llegará a lograrlo