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Capítulo 10 - La Primera Obra de Gracia

La fe obediente en arrepentimiento y confesión de pecados conduce a lo que, usando diversos nombres, la Biblia llama perdón, conversión, justificación, salvación inicial, reconciliación, regeneración, nuevo nacimiento, o llegar a ser "nueva criatura" o cristiano. En un sentido muy real, los cristianos no son hechos "sino nacidos."

IX. LA JUSTIFICACION, LA REGENERACION Y LA ADOPCION

Creemos que la justificación es aquel acto benigno y judi­cial de Dios, por el cual El concede pleno perdón de toda cul­pa, la remisión completa de la pena de los pecados cometi­dos, y la aceptación como justos de los que con fe reciben a Jesucristo como su Señor y Salvador.

Creemos que la regeneración o el renacimiento, es aque­lla obra benigna de Dios, por la cual la naturaleza moral del creyente arrepentido se vivifica espiritualmente y recibe una vida distintivamente espiritual, capaz de fe, amor y obedien­cia.

Creemos que la adopción es aquel acto benigno de Dios, por el cual el creyente justificado y regenerado, se constituye en hijo de Dios.

Creemos que la justificación, la regeneración y la adopción, son simultáneas en la experiencia de los que buscan a Dios, y se obtienen por el requisito de la fe, precedida por el arre­pentimiento; y el Espíritu Santo testifica a esta obra y estado de gracia.

En el Artículo IX deben considerarse estos cuatro puntos principales:

1.              La naturaleza de la justificación

2.              El significado del nuevo nacimiento

3.              La adopción

4.              El testimonio del Espíritu

1.     La Naturaleza de la Justificación

En el corazón de la idea de la justificación está el perdón. La justificación trata con los pecados del pasado. Es el perdón total de Dios, y hace ambos, quita la culpa y cancela el castigo por los pecados cometidos. El castigo por el pecado es la muerte espiritual ahora, y finalmente, "la muerte segunda," separación eterna de Dios. Es quita­do cuando se recibe el perdón. En algunos casos, el pecado deja consecuencias que tienen que sufrirse toda la vida-y en estos casos la gracia de Dios ayuda al cristiano a ha­cerlo. Ejemplos de esta clase de consecuencias del pecado son las confusiones sociales (como el divorcio y las segun­das nupcias) y las enfermedades físicas derivadas de los abusos corporales.

FUENTES BIBLICAS

Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados, y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree (Hechos 13:38-39).

Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será jus­tificado (Gálatas 2:16).

Véase también Lucas 18:13-14; Romanos 3:26-28; 5:1, 9, 18; Gálatas 3:24; Santiago 2:20-26.

PARA SU CONSIDERACION

1.              Cuando la palabra "obras" en Santiago se considera debidamente co­mo la obediencia del amor, ¿cree usted que hay alguna contradicción entre lo que él enseña y lo que Pablo escribe

2.              Según estos pasajes, ¿cuál es el fundamento de la justificación

2.        Significado del Nuevo Nacimiento

La "regeneración" es la parte interior de la conver­sión. La justificación es perdón y ocurre en la mente de Dios. La regeneración es el aspecto experimental, psicoló­gico de la conversión y resulta en la renovación de los senti­mientos de una persona y la infusión en ella de la vida resucitada de Cristo. Por la regeneración, la justicia impu­tada de la justificación se transforma en justicia actual­mente impartida por la gracia divina.

Algunas iglesias describen la vida cristiana como un perdón perpetuo para pecados constantes. Sin embargo, el Nuevo Testamento enseña claramente que una persona realmente "nacida del Espíritu" es capaz de tener fe, amor y obediencia al grado de no cometer pecado voluntario y consciente.

FUENTES BIBLICAS

A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron; mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de san­gre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios (Juan 1:11-13).

Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del dia­blo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios (I Juan 3:4-10).

Véase también Juan 3:1-7; 5:14; Romanos 6:1-4; Gálatas 2:17-18; 4:19; Tito 3:4-8; Hebreos 10:26-27; Santiago 1:18; I Pedro 1:22-23; I Juan 2:1-4; 5:1, 18.

El hecho de que los creyentes sigan siendo humanos y estén sujetos a errores, falta de memoria, errores de juicio y debilidades corporales y mentales no anula las promesas divinas de una vida de victoria.

Pero si bien Dios no hace concesiones para el pecado en la vida cristiana, El sí hace provisión para el mal por si acaso el creyente llegara a rendirse a la tentación (1 Juan 2:1-2). Pero esa rendición nunca es necesaria (1 Co­rintios 10:13). La oración: "Perdónanos nuestras deudas" (Mateo 6:12), o "pecados" (Lucas 11:4), debe considerarse a la luz de Mateo 6:14 y 18:21-35. Nuestro perdón solamente es válido conforme nosotros perdonamos a los demás.

La mejor interpretación de Romanos 7:14-24 es verlo como una página de la experiencia de Pablo antes de su conversión. Seguramente no debe interpretarse de tal modo que contradiga a Romanos 6:15-23 y 8:2-4.

Pero si un cristiano cometiera pecado, inmediata­mente debe confesarlo y recibir el perdón prometido.

Negar o excusar el pecado sólo sirve para arrastrar su cul­pabilidad al subconsciente donde contamina y envenena la completa vida espiritual.

PARA SU CONSIDERACION

1.              ¿Cuál es la respuesta de estos versículos a la aseveración de que el cris­tiano necesariamente debe "pecar todos los días, en palabra, pensamiento y hechos"

2.              ¿Es correcto definir el término "pecado" de modo tal que nulifique el efecto de la palabra de Dios

3.        La Verdad Adicional de la Adopción

"Adopción" es un término que se encuentra en el Nue­vo Testamento solamente en los escritos de Pablo. Pro­viene de la costumbre y la ley romanas. Un hijo o hija de una familia podía pasar a serlo de otra como si realmente fuera de ella. La persona así adoptada tenía los mismos derechos y responsabilidades que el hijo engendrado.

Algunos se han preguntado por qué la idea de adop­ción tuvo que ser usada en adición a la del nuevo naci­miento. La adopción agrega dos elementos muy importan­tes a la experiencia cristiana: el conocimiento de ser hijo de Dios y la seguridad de la herencia de Cristo. Es innegable que han nacido millones de huérfanos en el mundo. Pero muchos de ellos ignoran quiénes fueron sus padres y por lo tanto, no tienen esperanza de recibir herencia alguna.

FUENTES BIBLICAS

Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adop­ción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hi­jos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que junta­mente con él seamos glorificados (Romanos 8:15-17).

Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en es­clavitud bajo los rudimentos del mundo. Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hi­jo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo (Gá­latas 4:3-7).

Véase también II Corintios 6:17-18; Efesios 1:3-6.

Note la unión de las ideas de seguridad y herencia con la de adopción-particularmente en los pasajes de Romanos y Gálatas. Los cristianos son hijos de Dios en dos maneras: por ser "nacidos de nuevo" y por haber sido adoptados.

PARA SU CONSIDERACION

1.              ¿Cuál es el valor práctico de la idea de la adopción en la vida cris­tiana

2.              ¿Qué está implicado en ser "heredero" y "co­heredero"

4.        El Testimonio del Espíritu

La justificación, la regeneración y la adopción son distintas dimensiones de la misma obra de gracia divina. Todas éstas ocurren en el corazón de una persona cuando, en arrepentimiento y fe acepta la oferta de salvación de Dios. El "testimonio del Espíritu" es la seguridad de que le ha sido otorgado el perdón prometido y que ha comenza­do la vida nueva. En sí mismo, no es una emoción, aunque como resultado pueda producir gran gozo.

FUENTES BIBLICAS

El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que so­mos hijos de Dios... y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados (Roma­nos 8: 16-17).

Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con cora­zón sincero, en plena certidumbre de fe, purificando los corazo­nes de mala conciencia; y lavados los cuerpos con agua pura (He­breos 10:19-22).

Véase también Romanos 8:23; 1 Corintios 2:12; II Corintios 1:20-22; 5:5; Gálatas 4:6; Efesios 1:13-14; Hebreos 10:35; I Juan 3:24; 4:13; 5:6-13.

En I Juan se recalca el aspecto de "sabemos" de la seguridad cristiana. Se ha dicho que el Evangelio de Juan fue escrito para que sus lectores pudieran tener vida eterna (Juan 20:31); mientras que la Primera Epístola de Juan fue escrita para que quienes la leyeran pudieran saber que la tienen (I Juan 5:13).

PARA SU CONSIDERACION

1.              ¿Puede usted pensar en algunas clases de ex­periencias a las cuales pueda compararse el testi­monio del Espíritu

2.              ¿Cómo se vincula el testimonio del Espíritu con los sentimientos ¿Cuál es la causa y cuál el efecto