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Capítulo 1 - ¿Por Qué Estudiar la Doctrina?

Este es un libro para aquellos que deseen hacer un estudio personal de las más importantes doctrinas de la Biblia. Está basado sobre la convicción de que la única autoridad verdadera en materia de creencia cristiana es la Palabra de Dios. Trata de lo que denominamos "teología bíblica."

¿Qué es la Teología

Para muchos, "teología" es un término repulsivo. Pa­rece que implica seco como polvo, amontonamiento sobre amontonamiento de abstracciones quisquillosas. Una se­ñora dijo que lo que más le agradaba de la Biblia ¡era que arrojaba tanta luz sobre la teología!

Pero, la teología es tan necesaria a la fe cristiana como el esqueleto a un cuerpo vivo. La teología es simplemente el estudio sistemático de la verdad acerca de Dios, según se encuentra en las Sagradas Escrituras.

La teología bíblica está vinculada a la Biblia como la botánica al crecimiento de las flores. Uno puede disfrutar de ellas sin saber mucho de botánica. Pero, cuando cual­quier plaga invade el jardín o la huerta buscamos al botá­nico o al horticultor. O bien, si queremos decir a otros cómo cultivar plantas, les describimos lo que debe hacerse en armonía con los principios de la botánica y la horticultura. En otras palabras, la doctrina es a la Biblia lo que la ciencia a la naturaleza. El quehacer de la ciencia es obser­var, clasificar, interpretar y recoger en una armazón co­herente, los datos a veces en antagonismo, que nos llegan del estudio de la naturaleza.

La Biblia provee la mayor fuente de informes o hechos que son unificados e interpretados por la teología. Es la función de la doctrina proveer el marco de significado dentro del cual son comprendidas e interpretadas las de­claraciones escriturales particulares.

Una antigua definición del término "teología" aclara esta afinidad: "Teología es la exposición de las realidades de las Escrituras en su propio orden y relación con los principios o verdades generales implicados en los mismos hechos; y es una exposición tal que compenetra y armoniza el todo".

Por lo tanto, la doctrina depende de los hechos y ver­dades iniciales expuestos en la Biblia. Su validez debe ser continuamente probada volviéndose a los hechos y ver­dades fundamentales sobre las cuales se apoya. Su tarea consiste en reconciliar las contradicciones aparentes y coordinar el cuerpo entero de la verdad en un todo cohe­rente.

¿Por qué estudiar las Escrituras

Un estudio como el que nos ocupa tiene una doble urgencia en nuestra época.

Primero, hay una verdadera hambre espiritual en la tierra; "no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová" (Amós 8:11). La ignorancia de la Biblia no es cosa completamente nueva. Pero está más esparcida hoy que por muchos, muchos años.

Segundo, se multiplican las falsas enseñanzas y se difunden como cizaña en un campo de trigo-mayormente por causa de la ignorancia básica de las verdades bíblicas. No es que los cultos semi-cristianos de nuestros días no hagan uso interpretativo de las Escrituras; lo hacen. Pero, sin excepción, toman unos pocos textos "de prueba" fuera de sus contextos y pasan por alto todo aquello que serviría para interpretar esos textos aislados en armonía completa de la verdad cristiana.

Pasa con nosotros exactamente lo mismo que con aquellos a quienes Pedro les escribió: "Sino, santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre pre­parados para presentar defensa con mansedumbre y reve­rencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros" (I Pedro 3:15).

El presente esquema de doctrina que vamos a consi­derar ha sido tomado de los "Artículos de Fe" de la Consti­tución de la Iglesia del Nazareno, impresos en el Manual de esa organización. Pueden seguirse los rastros de la fraseología de muchos de estos artículos hasta algunos de los históricos credos del cristianismo; y por esa causa, tienen un interés mucho más amplio que aquellos que po­drían ser de esa denominación en particular.

Nuestra labor consistirá en tratar de comprender la verdad expuesta en cada uno de esos artículos y entonces, hacer como los bereanos cuando escudriñaban las Escritu­ras para ver "si estas cosas eran así" (Hechos 17:11).

Como muchas de las verdades examinadas son com­partidas por todos los cristianos no se procurarán todas las evidencias bíblicas de cada punto. Sin embargo, se tendrá especial cuidado con creencias que han sido disputadas o que han llegado a ser controversiales en términos de reciente discusión.

Qué creemos acerca de la Iglesia

Aunque no existe un Artículo de Fe que trate con la doctrina de la iglesia en sí, en el preámbulo de nuestra constitución tenemos declarada una importante verdad:

A fin de que mantengamos nuestra herencia dada de Dios, la fe una vez dada a los santos, y especialmente la doctrina y experiencia de la santificación, como segunda obra de gra­cia, y también para que cooperemos eficazmente con los otros ramales de la Iglesia de Jesucristo en adelantar el reino de Dios entre los hombres, nosotros los ministros y laicos de la Iglesia del Nazareno de acuerdo con los principios de la le­gislación constitucional establecida entre nosotros, por la presente, ordenamos, adoptamos y publicamos como la ley fundamental o constitución de la Iglesia del Nazareno, los Ar­tículos de Fe, las Reglas Generales y los Artículos de Organi­zación y Gobierno que aquí siguen.

Una declaración más completa sobre nuestras creen­cias acerca de la iglesia, sigue a los quince Artículos de Fe. Hace distinción entre la iglesia universal y las iglesias locales e identifica a la Iglesia del Nazareno dentro de la familia de los grupos denominacionales. El primero de los tres párrafos en la división de la constitución, titulado: "La Iglesia," reza así:

I. LA IGLESIA GENERAL

La Iglesia de Dios se compone de todas las personas espi­ritualmente regeneradas, cuyos nombres están escritos en el cielo.

II. LAS IGLESIAS PARTICULARES

Las iglesias particulares han de componerse de tales per­sonas regeneradas que providencialmente y bajo la dirección del Espíritu Santo, lleguen a asociarse para tener santa co­munión y un mismo ministerio.

III. LA IGLESIA DEL NAZARENO

La Iglesia del Nazareno se compone de aquellas personas que voluntariamente se han asociado de acuerdo con las doc­trinas y gobierno de dicha iglesia, y que buscan la santa comunión cristiana, la conversión de pecadores, la entera santi­ficación de los creyentes, su edificación en la santidad, y la simplicidad y poder espiritual manifestado en la primera igle­sia del Nuevo Testamento, junto con la predicación del evan­gelio a toda criatura.

¿Qué distinción hace el Nuevo Testamento entre la iglesia y las iglesias Hay una iglesia universal compuesta por todos los creyentes regenerados. En este sentido, hay una sola iglesia.

FUENTES BIBLICAS

Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni san­gre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella (Mateo 16:16-18).

Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, ha­biéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tu­viese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha (Efesios 5:25-27).

A la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos he­chos perfectos (Hebreos 12:23).

Pero el Nuevo Testamento también usa frecuente­mente el término "iglesia" para designar una reunión de creyentes congregados en un lugar cualquiera para adorar a Dios y servirlo. En ese sentido, hay muchas iglesias.

FUENTES BIBLICAS

Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano (Mateo 18:17).

Y Pablo, escogiendo a Silas, salió encomendado por los herma­nos a la gracia del Señor, y pasó por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias (Hechos 15:40-41).

Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir sino vosotros solos (Filipenses 4:15).

Algunos se han preguntado si el Nuevo Testamento autoriza la organización de iglesias, aduciendo que la igle­sia es un organismo ("la" iglesia) más bien que grupos organizados (muchas iglesias).

Si bien el Nuevo Testamento carece de detalles en cuanto a la organización de la iglesia, que hubo tal orga­nización se infiere de pasajes tales como: a) Hechos 15:6-29, donde se nos cuenta del concilio realizado para resolver un asunto de doctrina; b) Hechos 20:17, cuando Pablo convoca a los hermanos de la iglesia en Éfeso; y c) III Juan 10, donde se señala que Diótrefes, un "cabecilla" de la iglesia primitiva, había "expulsado a algunos de la igle­sia".

PARA SU CONSIDERACION

1.              ¿Qué pasaje bíblico cree usted que apoya me­jor la idea de una iglesia universal ¿y de congre­gaciones particulares

2.              ¿Cuál es el propósito fundamental para la orga­nización de una iglesia lo­cal

3.              ¿Por qué piensa us­ted (si así lo siente) que es providencial que no haya ningún tipo de gobierno de la iglesia local bosqueja­do en las Escrituras

4.              ¿Sobre qué base pue­den unirse todas las verda­deras iglesias de Cristo sin tener necesariamente una unidad de normas o es­tructuras de organización